El retorno de la hija pródiga y las chuletas de cordero

Joffrey_Froilán

Generalmente, a mi la nochebuena me importa un pito salvo por dos circunstancias que se repiten año tras año y son igualmente tradicionales en mi familia: el regreso de la hija pródiga y el homenaje culinario. Empecemos por lo último

El homenaje culinario: Ni marisco, ni puchero, ni bacalao, ni gaitas en vinagre.   1 Chorizo , 1 longaniza, 1 morcilla (de cebolla) y 3 chuletas de cordero para cada una. Tortilla de patatas con una pizca de cebolla para acompañar y  ali oli para que haga masa la cosa. Digestivo y acalórico.

El retorno de la hija pródiga: Quizás me he pasado con eso de la hija pródiga, porque en realidad la hija pródiga no es mi hermana, soy yo. Hasta he conseguido que mi  señora madre diga  I am your property seguido de eres mi hija predilecta y te quiero como el pulpo a la pulpa. Honestamente no imagino mayores pruebas de predilección más evidentes que estas, ¿o no?

La muy descastada tiene una vida errante como bloguera de sexo (de éxito), reportera cachonda y viajera exótica. Cada vez que a mi señora madre le menciona alguien, eso del blog, alterna dos respuestas: O bien se ruboriza tapándose los ojos diciendo ni me hables del tema o por el contrario se apresura con un todo lo que escribe es inventado.

(Mamá todo todo me parece a mi que no).

Pues resulta que se hacen las chuletas porque son la comida favorita de la mierda-la-niña  a pesar de que viene de uvas a peras. Y encima se mete con mi madre y conmigo porque no entiende que ver la tele nos hace feliz. No sólo eso, sino que la tía está cotizada al alza entre sus amigos y los pocos minutos que nos dedica, en los que no olvida reivindicar  su status quo de drama-queen permanente, son de exigua calidad.

Me acabo de acordar que el otro día le confesó  a mi madre después de 30 años que, cuando se tiraba al suelo en plena calle gritando histérica que se ahogaba mientras alzaba una de sus patas  espasmódicamente, lo hacía para llamar su atención. Qué cándida mi madre, pobre.  Y se entera ahora. Yo le hubiera dejado en el suelo para que se desgañitara un ratito.

Que me lío. Focus.

Lo que quiero decir es que en el fondo y en la superficie, ver a mi hermana es una de las cosas que más ilusión me hace el día de noche buena, después de la comida, claro. Lo que va primero va primero, siempre.